¿Cómo elegir un colchón?
A la hora de elegir/comprar un colchón hay que tener en cuenta varios factores: el peso, la altura, si dormimos solos o acompañados, la densidad deseada, los materiales sobre los que dormimos actualmente, nuestra postura para dormir, el uso que tendrá el colchón a adquirir, si sufrimos alguna dolencia puntual o enfermedad... y ¡hay muchos factores más!.
Como norma general un buen colchón debe repartir el peso del cuerpo de manera adecuada, respetando la curvatura natural de la columna vertebral boca arriba y alineada cuando se duerma de lado.
Materiales de colchones
Entre los materiales de fabricación de colchones vamos a destacar cuatro por sus características y su funcionalidad: muelles, látex, bultex y viscoelástico.
Los colchones de muelles proporcionan una gran firmeza y una adaptabilidad variable. Ofrecen un soporte suficiente y una buena ventilación.
Los de látex favorecen un descanso suave adaptándose bien a los contornos del cuerpo y distribuyendo la presión de manera uniforme. Están aconsejados para personas que se mueven mucho durante la noche y para aquellas personas que padecen alergias respiratorias. Están totalmente desaconsejados para los alérgicos al látex.
El bultex es un material celular en forma de celdillas que posee firmeza variable. Tienen un fácil manejo y son buenos aislantes del calor.
Los colchones con material viscoelástico aportan una gran adaptabilidad y una firmeza adecuada para el correcto descanso. Son los más recomendados para aquellos que padecen dolores de espalda.
Además de esto, la correcta elección del colchón ha de ir siempre acompañado de una buena elección de su funda y de la ropa de cama. En los puntos de venta especializados en descanso existen grandes profesionales que ayudarán a tomar la decisión correcta antes de la compra.
Cinco consejos para un Sommier ideal
Según los cálculos de algunos, una persona de 75 años ha dormido 10 años de su vida. Esa es razón más que suficiente para elegir el mejor somier del mundo, o al menos, uno bien confortable para poder disfrutar de las horas de descanso como corresponde.
Colchón y Sommier no son lo mismo, contrario a lo que la mayoría de la gente cree, el sommier es la base en la que se apoyará el colchón. Por generalizaciones de uso, se le suele denominar sommier al conjunto de colchón y su base.
Para elegir el adecuado, mejor conocer las alternativas que existen, y las ventajas de cada una. A no olvidar que una buena base preserva la salud de la columna vertebral.
Tipos de Sommier
Cuando se elige un somier se responde a cuestiones estéticas, y también a tamaño y necesidades. Pero hay que tomar determinaciones basándose en tres modelos posibles.
- El modelo canapé: es aquel que permite levantar el colchón por un sistema práctico, y así deja espacio para múltiples funciones. Aprovecha la caja del somier para ganar lugar de guardado. Es un placar extra muy bienvenido en los hogares.
Más tipos
-Modelo de láminas: es el que sostiene el colchón por un sistema de láminas reforzadas dentro de un bastidor. Las tecnologías desarrolladas para el buen dormir han mejorado las láminas para asegurar un descanso reparador.
-El modelo articulado es el que se utiliza en las camas de hospital, pero que ya cuenta con unidades funcionales ideales para el confort hogareño. Las personas mayores suelen elegir este modelo cuando les toca cambiar su somier, porque resulta muy práctico, aunque es costoso.
¿Cómo acertar al elegir almohada?
Igual que un colchón, una buena almohada es la primera garantía de un descanso reparador. Si te despiertas con dolor de cuello u hombros, quizá sea el momento de cambiar tu almohada. ¿Sabes cómo escoger la que te va mejor? Podemos ayudarte.
Para lograr un buen descanso es preciso que cabeza, cuello y columna vertebral estén alineadas: para eso sirve la almohada. Su objetivo es contribuir a una adecuada postura de la columna, de forma que se relajen los músculos y se pueda favorecer un buen descanso y una buena respiración. No hace falta decir más para comprender la importancia de escoger bien la almohada, pero la almohada ideal no existe, para escogerla hay que tener en cuenta los hábitos de sueño y la complexión física de cada uno (en especial altura y corpulencia).
Por supuesto, también es fundamental elegir con acierto el colchón, teniendo en cuenta en la elección el peso, la postura del durmiente, la temperatura...
El tamaño justo
La anchura de la almohada debería siempre superar la de tus hombros. En cambio, su altura o grosos varía según la postura del durmiente.
Una almohada baja (10 cm), es adecuada para quienes duermen boca abajo, y también para los niños pequeños, aunque en uno y otro caso quizá lo mejor sea dormir sin almohada.
Una almohada mediana (12-13 cm), es ideal para quien duerme sobre la espada. Debe ser más bajo que los hombros, y de una dureza mediana.
Una almohada medio-alta (15 cm). Es ideal para quien duerme de lado, para mantener la cabeza y el cuello bien alineados con el eje de la columna.
Un consejo para acertar: en la tienda, intenta probar la almohada, adoptando la postura en la que duermes habitualmente: comprueba que cabeza, cuello y columna se encuentran bien alineados.
¿Cuál es el mejor relleno?
Los más habituales son de pluma, de látex, sintéticos o de espuma
Pluma y plumón. Las plumas son de oca o de pato. Las almohadas con relleno de plumas son blandas, se deforman, pero vuelven rápidamente al punto de partida. No sujetan bien el cuello. Este tipo de almohada está más pensado para los que duermen boca abajo..., pero no es indicado para personas muy robustas, ni tampoco para quienes se mueven mucho mientras duermen. Tampoco es apto para personas alérgicas, ni para niños pequeños. El precio de una almohada de pluma va de 15 a 60 euros.
Látex. Puede ser sintético, de origen natural o mezcla de ambos. Este tipo de almohada ofrece una buena sujeción de la cabeza, lo que la hace muy adecuada para quien duerme de lado o para personas corpulentas. El látex admite bien los movimientos, y es también adecuado para quienes tienen alergia a los ácaros. Su precio oscila entre 20 y 80 euros.
Sintético. Normalmente este tipo de rellenos es de fibra de poliéster, transpirante. Es una almohada blanda, muy adecuada para personas muy delgadas, para niños y no presenta problemas de alergia. Son económicas: cuestan de 7 a 30 euros.
Espuma. Las almohadas de relleno de espuma son normalmente de poliuretano. Muchas tienen “efecto memoria (memory foam)”, es decir, durante unos segundos mantienne la forma de cabeza y cuello aunque cambie de postura, lo que hace que no sea muy adecuado para quien se mueve mucho. Sí que va perfectamente para los que duermen de lado. El precio de estas almohadas oscila entre 12 y 100 euros.
Cuídala bien
Ya elegida, es importante que cuides bien de tu almohada, alargarás su vida útil, que puede extenderse hasta unos 5 años.
Airea la almohada habitualmente: abre las ventanas antes de hacer la cama, y ventilala bien, al aire, una vez a la semana.
Dale la vuelta a menudo: así evitarás que se deforme.
Compra una almohada lavable: basta con lavarla una o dos veces al año.
Usa una funda de protección que, esa sí, deberías lavar cada dos meses (la funda de almohada, lógicamente, cada vez que cambies las sábanas).
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